jueves, 14 de febrero de 2008

Día del amor pone sentimientos a prueba



Decisión.- La Iglesia borró esta festividad del calendario eclesiástico, pero sigue siendo una de las más populares en el mundo, a pesar de atribuírsele una intención comercial. En 1969 el Vaticano estimó que podía basarse en una leyenda

LEYENDA.- Allá por el siglo III ejercía en Roma un sacerdote llamado Valentín. Por aquel entonces gobernaba el emperador Claudio II, que prohibió a los jóvenes casarse y vivir en matrimonio, porque pensaba que los solteros eran mejores soldados, ya que no tenían ningún tipo de compromiso en caso de ir a la guerra.
El sacerdote no dudó en desafiar al emperador, ya que consideraba que el decreto era muy injusto, así que comenzó a casar a las parejas jóvenes en secreto, bajo el ritual de la Iglesia Católica.El emperador se enteró, y ordenó que lo llevaran a palacio. Claudio II intentó convencer a Valentín para que renunciase al cristianismo y sirviese al imperio y a los dioses romanos.Si aceptaba, le perdonaría y le convertiría en uno de sus aliados. Pero, por el contrario, Valentín no renunció a su religión y aprovechó la ocasión para hacer propaganda del Cristianismo.
El sacerdote fue encarcelado y el emperador lo sentenció a muerte. Fue ejecutado el 14 de febrero y sus restos mortales se conservan actualmente en la basílica de su mismo nombre, que está en la ciudad italiana de Terni. COSTUMBRES. En Europa podemos encontrar diferentes costumbres para este día. Las mujeres solteras de Gran Bretaña e Italia se levantan antes del amanecer y se paran frente a la ventana esperando a que un hombre pase.

Esto se debe a que cuentan que el primer hombre que se les aparezca o que vean, se casará con ellas durante ese año. William Shakespeare, el dramaturgo inglés, menciona esta creencia en Hamlet (1603) cuando Ofelia canta una canción en la que alude a la costumbre. En Dinamarca se tiene por costumbre enviar flores blancas prensadas -llamadas gotas de nieve- a sus personas más queridas, ya sean pareja o amigos.En Corea las mujeres ofrecen chocolate a los hombres, y en Japón miles de enamorados se acercan al monte Fuji, en Izu, para tocar la "campana del amor" tres veces mientras pronuncian el nombre de su amado para convertir su relación en amor eterno y verdadero.
AMOR.- Bernard Shaw sostenía que tan trágico es perder un amor como conseguirlo, queriendo anticipar con sus palabras que vivirlo no es nada fácil. Existen múltiples definiciones de ese sentimiento, pero la mayoría coinciden en que amor es encontrar en la felicidad de otro la propia felicidad.El amor y el sufrimiento hacen madurar al ser humano más que ninguna otra experiencia, por eso no son pocos los que afirman que sólo con el correr de los años adquirimos la verdadera dimensión de este sentimiento.
Ana Frank escribió en su diario que una persona puede sentirse sola aun cuando mucha gente la quiera. La significación de estas palabras nos revela cuán fácil es confundir “querer” con “amar”. Erich Fromm, autor del más reconocido ensayo sobre “El arte de amar”, recalcaba que este sentimiento requiere de disposición y voluntad decidida, lo que en otras palabras se compara con el fuego al que hay que alimentar constantemente con leña para que no se apague.
El amor no se destruye con un solo fracaso ni se gana con una sola caricia, es un gran riesgo que puede proporcionar un gran logro o un gran fracaso. Muchos han sido los consejos que se han dado para forjar y mantener un amor. Thomas Merton dijo que consiste en dejar que las personas a quienes amamos sean absolutamente ellas mismas, y en no presionarlas para que se amolden a nuestra imagen. Más práctico fue Auguste Comte, quien sentenció que el amor debe tener el orden como base y el progreso como fin.
AMISTAD.- Las palabras “amor” y “amistad” se pronuncian con mucha frecuencia en sus diferentes acepciones: “estoy enamorado”, “es mi amiga”.Sin embargo, ello parece haber banalizado estos conceptos a causa de que se utilizan en ocasiones que realmente no lo merecen. Para saber si una persona puede considerarse amiga, debería valorarse si responde a los compromisos que genera esta relación.
Amistad es un sentimiento convenido con otra persona, donde se busca confianza, consuelo, amor y respeto. Es una de las relaciones humanas más hermosas. La edad es irrelevante cuando se trata de formar amigos y puede darse entre personas de trasfondos y pasados muy disímiles. Lo mismo ocurre con el género, o sea, que podemos cultivar la amistad no sólo con nuestros congéneres, sino también con el sexo opuesto.
Y no por ello significa que uno está enamorado de aquella persona en el sentido romántico del amor. Claro que a veces se da el caso en que un amigo se enamora de su amiga, o al revés.Hay que considerar que la amistad es una relación en la cual hay que trabajar. No basta con señalar que uno es amigo de otra persona. La amistad es preocupación y compromiso frente a sus necesidades, es saber escuchar sin exigir ser escuchado. Muchas personas que a veces frecuentamos son sólo conocidas, las vemos y saludamos, pero no nos damos el tiempo o no nos esforzamos en profundizar la relación.
Para que una amistad sea verdadera, no basta con caerse bien, hay que dar el paso definitivo: ayudarse desinteresadamente sin esperar nada a cambio. No hay riqueza más valiosa que un buen amigo. Expresados estos valores, debería rechazarse la polémica definición de la amistad hecha por Montesquieu, quien dijo que no era más que un contrato por el cual nos obligamos a hacer pequeños favores a los demás, para que ellos nos hagan favores grandes a nosotros. También es reveladora la sentencia de George Herbert: “Ama a tu vecino, pero no derribes la cerca de separación”.
Cupido: un niño desobedienteHerir de amor
Las flechas pueden acertar o no

Cupido es uno de los símbolos de San Valentín, se le conoce como un niño alado y armado con arco y flechas que dispara a dioses y humanos, provocando que se enamoren profundamente. Lleva también los ojos vendados para mostrar que el amor es ciego.
Cupido era ayudante de su madre, Venus, quien dirigía la fuerza primordial del amor y la llevaba a los mortales. Era pícaro y carismático, pero a veces cruel con sus víctimas, ya que no tenía escrúpulos. A la espalda llevaba dos clases de flechas: unas doradas con plumas de paloma que provocaban un amor instantáneo, y otras de plomo con plumas de búho que provocaban la indiferencia. Consciente del poder que tenía, a veces rechazaba las peticiones de su madre y los demás dioses de interferir en el curso de la vida de algunos mortales, así que provocaba frecuentes problemas.
Los consejos de la biblia.
Además del primero de los Mandamientos, el Libro Sagrado recoge en sus textos palabras de guía para el amor y la amistad. Así, en la primera carta a los Corintios se dice que “el amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Otros pasajes parecen haber sido escritos para enaltecer la sabiduría popular, como el de Pr 15,17 que expresa: “Mas vale un plato de legumbres con cariño, que un buen cebado con odio”.

El mismo Jesucristo habló de amistad cuando dijo en Jn 15, 13-15 dirigiéndose a los apóstoles: “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando... A Ustedes les he llamado amigos”. Son muchas las referencias que la Biblia hace sobre el amor y la amistad, aunque la más polémica relación que aparece en el texto es la de Jesucristo con María Magdalena.
Amor hoy ¿sin condiciones?
El psicólogo Ronald Stevenson, de la universidad de Harvard, sostiene que hoy el amor está adoptando una tendencia peligrosa al medirse en el “yo te doy amor mientras tú me das a mí”, incluso más allá, “yo te doy amor si primero me lo das tú”. Parece estar llevándose al extremo el razonamiento de Erich Fromm, quien escribió que “el amor a los demás y el amor a nosotros mismos no son alternativas opuestas. Todo lo contrario, una actitud de amor hacia sí mismo se hallará en todos aquellos que son capaces de amar a los demás”.
La pregunta que de forma crítica sobreviene en actuales estudios de psicología es: ¿sería todavía posible amar más a los demás que a uno mismo?Los sociólogos explican que en la vida actual las dificultades apagan el amor, si es que alguna vez fue verdadero. La declaración de “en la riqueza y en la pobreza” parece tener cada vez menos vigencia, pues las separaciones ocasionadas por los problemas económicos aumentan en estos últimos años. El amor es el intercambio de dos fantasías y el contacto de dos egoísmos, expresó Paul Auguez.
Este escritor francés parecía adivinar que sobre estos dos conceptos –fantasía y egoísmo- se iba a basar la debilidad del amor en nuestro tiempo.Lo cierto es que el idealismo de antaño va desapareciendo con la proliferación del “amor sin ataduras” o el “amor materialista”, sentimiento este ultimo en el que cabría preguntarse:
¿Ama más el que hace un regalo en San Valentín?, o incluso,
¿Se ama más cuanto más caro es el regalo?

Erotismo: Un recurso amoroso
El erotismo y el amor son dimensiones para una vivencia plena. Si bien es cierto que vivimos momentos de cambio relacionados con la sexualidad, el amor unido a la vida erótica sigue siendo fuente de crecimiento y de realización personal. Entendemos el erotismo como la capacidad que tenemos los seres humanos de vivir el placer sexual, movilizando y activando nuestro cuerpo mediante la excitación, y acompañándolo de emociones íntimas que nos unen a la persona con la que compartimos esa experiencia.Aprendemos a sentir practicando, activando los órganos sensoriales.
Tenemos capacidad para obtener placer mediante estímulos táctiles, olfativos, visuales y auditivos. A veces las experiencias sensoriales son construcciones mentales, existen y se hacen realidad sólo en nuestra mente.Sin embargo, pareciera ser que los genitales fuesen la única parte de nuestro cuerpo y los únicos órganos sensitivos que tuviésemos para vivir el erotismo.

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