martes, 26 de febrero de 2008

Metro, una oferta contra el caos en el transporte



SANTO DOMINGO.- Cuando cualquier dominicano escucha la palabra transporte público, de inmediato le vienen a la mente tapones, empujones, carteristas, chatarras, sindicalistas y huelgas. En conclusión, pocos dominicanos dudan en calificar el actual sistema de transporte público de pasajeros como un verdadero caos que les quita horas de sueño a los usuarios, les arrebata el 25 por ciento de su presupuesto familiar y genera un estrés que les reduce su productividad.
Durante años, el caótico sistema de transporte público también ha servido para enriquecer a empresarios del transporte y a funcionarios que se asocian con ellos para obtener exoneraciones y comisiones de préstamos para financiar vehículos que al final no resuelven el problema de ese servicio. República Dominicana tiene en su historial el haber incorporado los anacrónicos sistemas de transporte conocidos como “concho” y “motoconcho”, que van en contra de todas las teorías sobre organización del transporte público, cuyo eje central ha sido históricamente la colectivización del servicio.
Por ejemplo, un autobús puede transportar la misma cantidad de ptasajeros que diez carros de “concho” o que 60 motoconchos. Esa simple sustitución contribuiría al descongestionamiento de las principales calles y avenidas del país. Además, reduciría en más de un 60 por ciento el combustible necesario para transportar la misma cantidad de pasajeros que con los sistemas individualizados de transporte. Sin embargo, ninguno de los gobiernos que han surgido después de la muerte del tirano Rafael Leonidas Trujillo ha enfrentado esa situación con la intención decidida de colectivizar el servicio y desplazar las unidades ineficientes. Calentamiento globalAdemás del impacto económico directo que tienen esos ineficientes sistemas de transporte público, en los últimos años se ha sumado un nuevo factor que preocupa al mundo entero: el problema del calentamiento global.
El país suscribió el tratado de Kioto, en el cual se comprometía a reducir sus emisiones de dióxido de carbono. Siete años después el resultado es desalentador: en vez de bajarla en lo acordado, la ha aumentado. Las dos razones fundamentales son la generación de electricidad con plantas deficientes (muchas termoeléctricas) y la gran cantidad de vehículos que circulan por nuestras calles en comparación con nuestra población.
Recientemente estuvo en República Dominicana la máxima autoridad mundial sobre el tema del calentamiento global y el cambio climático, Yvo De Boer, y en una conferencia fue enfático en señalar que el sistema de transporte no colectivo es una de las prácticas que debe enfrentar el mundo para combatir el calentamiento global, cuyos efectos han dejado pérdidas directas al país por más de 3,700 millones de dólares, debido a los daños provocados por tormentas que ordinariamente no hubieran sido tan violentas.
Hasta el mundo sufre por el caos en el transporte público de pasajeros.

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